Durante la madrugada del viernes, Mark Rutte, superó una moción de censura de confianza en el Parlamento neerlandés. Fue acusado por la oposición de mentir cuando comenzaba las negociaciones para hacer una nueva coalición para formar gobierno.
Los acontecimientos:
Rutte quedó primero en las elecciones y empezó a explorar opciones para lograr una coalición en su gobierno, pero que luego suspendió por un tiempo.
Rutte cometió un error, al tantear el mismo, opciones entre los partidos. Digamos que se saltó el protocolo neerlandés y supuso un nombre como un probable ministro. Mencionó al democristiano Pieter Omtzigt como posible ministro.
Esto se supo en los medios y Rutte lo negó, pero al final terminó confesando que era cierto que no había dicho las cosas como realmente fueron. Se disculpó.
Sus disculpas no sirvieron de mucho, porque sus opositores políticos le presentaron dos mociones: una de censura y otra de reprobación. Así el Parlamento neerlandés, le demostró su enfado y descontento por su comportamiento.
El resultado de todo esto es que Rutte pudo sobrevivir por tres votos de margen en la primera moción. Pero perdió, en la segunda, al desaprobar las formas de cómo hacer política.
Rutte ahora se encuentra en el punto de inflexión, en el cual deberá encontrar la forma para recuperar la confianza del resto de los partidos políticos de los Países Bajos y así poder ser el líder en su mandato.